Hola amigos. Cuando un maestro en Audición y Lenguaje o un logopeda está trabajando la lectoescritura, si bien no es un problema estrictamente de logopedia, muchas veces se encuentra que el niño/a ha mejorado mucho, lee y escribe mejor, pero no ha adquirido los conocimientos sobre acentuación suficientes y los errores de ortografía por las tan temidas tildes son fatales.

Os proponemos una manera de trabajar este tema, después de haber asprendido qué es una esdrújula, una llana y una aguda. Una manera fácil de practicar las tildes que a ellos suele gustarles.

Se trata de practicar sobre textos para niños de los que hemos quitado las tildes. Si queréis, podéis ir poniéndoselos por orden de dificutad del texto (número de palabras, complejidad, etc.) y podeis hacer una gráfica con los errores y los aciertos. Si le dais un poco de emoción y nuestro alumno se engancha a la “competición”, veréis (y él/ella también verá) como los errores van bajando, de cifras astronómicas hacia el cero.

Bien, ahí van alguno de los textos, con la referencia a sus autores:

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Corrige la acentuación de este fragmento de: “La nariz de Moritz”:

Por la tarde decidieron salir de paseo. Habia cerca un pequeño parque con bancos, flores, pajaros y arboles.

Bajaron los cuatro pisos. Moritz se paro en el entresuelo, torcio la cabeza, arrugo la nariz y husmeo.

– No puede ser- dijo.

– ¿Que es lo que no puede ser?- pregunto la madre.

– Que aqui huela a disgusto. ¡Si hace seis meses que la vivienda esta vacia!

– Ya no. Mientras estabas enfermo vinieron nuevos inquilinos, una familia con tres niños: dos crios gemelos y una niña mas crecidita.

– Entonces es disgusto infantil. Sera la niña…

Volvio a husmear.

– Moritz- le pregunto la madre en voz baja- ¿a que huele el disgusto?

El intento explicarselo.

– A tristeza, a lagrimas… a dolor de corazon.

La madre le miro de reojo, moviendo la cabeza. ¿Que le pasaba a su Moritz? Eso de andar husmeando y oliendo a traves de las puertas… y encima eso de “dolor de corazon…” era una palabra rara, pasada de moda.

– No deberian existir niños tristes – dijo Moritz-. Decir niño triste es como decir nieve negra.

Salieron a la calle y Moritz aspiro todos los olores. Muy pronto tuvo que sacar el pañuelo para proteger su nariz. Solo en el parque se sintio mejor. Los rosales florecian, anduvo de uno a otro, metiendo la nariz en las flores rojas, amarillas y blancas y aspirando la fragancia de las rosas.

Luego se sento en un banco al lado de su madre. Se entretuvo hablando con ella y todo volvio a ser como antes de la enfermedad.

“La nariz de Moritz” Mira Lobe 

Aciertos:

Errores/Omisiones:

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Corrige la acentuación de este fragmento de: “Las aventuras de Vania el forzudo”

Durante el viaje Vania tuvo muchas oportunidades de poner a prueba su fuerza. Pocos dias hubo en que no realizara alguna accion util para los demas.

Asi, por ejemplo, un dia se encontro con un labrador que marchaba junto a su carro lleno de estiercol, pero tuvo la desgracia de que el carro fuera a parar a un lodazal, hundiendose en el barro hasta el eje. El labrador perdio los nervios y castigaba con el latigo a los dos bueyes. Estos, apoyandose en el yugo y mugiendo, tiraban con todas sus fuerzas… pero en vano. El carro no se movia un milimetro del lugar. Entonces se acerco Vania y empujo el carro por atras, sin mayor esfuerzo, con una sola mano. Los bueyes casi se cayeron de bruces por la rapidez con que se movio el carro al salir del lodazal.

En otra ocasion se encontro en el vado del rio con tres jinetes, que resultaron ser cosacos. Uno de ellos llevaba de la larga brida al caballo cargado de armas y provisiones. Pero al intentar cruzar el vado se encontraron con que el caballo por nada del mundo queria entrar en el agua. Cuanto mas maldecian y vociferaban los cosacos, mas terco se ponia el animal. Al final tuvo que intervenir Vania:

– ¿A que viene tanto maldecir, habiendo una solucion facil?

Se agacho bajo la panza del testarudo animal, lo cogio por las correas y se lo cargo al hombro, como hacen a veces los pastores con las ovejas enfermas. Lo paso con las armas y provisiones a la otra orilla y lo descargo en tierra como la cosa mas natural del mundo.

“Las aventuras de Vania el forzudo” Otfried Preussler

Aciertos:

Errores/Omisiones:

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Corrige la acentuación de este fragmento de: “Robinson Crusoe”:

Despues de haber puesto en seguridad una parte de mi rebaño, empece a buscar un recinto tan comodo como el primero, a fin de establecer en el otra reserva de cabras, por lo que pudiera acontecer.

Cierto dia en que me habia adelantado mas que nunca hacia la parte occidental de la isla, region enteramente nueva para mi, comprendi por señales no dudosas que la huella del hombre no era cosa rara en mi reino. Debia a un favor especial de la Providencia el haber naufragado en la parte de la costa desconocida para los salvajes. Si hubiera visitado antes aquella parte de la isla, hubiera notado que las canoas del continente arribaban con frecuencia a aquella costa, y hubiera sabido tambien que muchas veces, despues de combates librados, los vencedores llevaban alli a sus prisioneros para comerselos en horribles festines.

Lo que me hizo presentir esto que acabo de exponer, fue el espectaculo imprevisto que me ofrecio aquel extremo occidental de la isla, hacia el sudoeste. Quede estupefacto de horror al ver la orilla cubierta de craneos, manos, pies y toda clase de restos humanos. Observe sobre todo un lugar en que se habia encendido lumbre y en torno a la cual se sentarian sin duda aquellos antropofagos para celebrar su abobinable festin.

Cuando me encontre lejos de aquel lugar maldito, me detuve. Eleve al cielo mis ojos, y con el corazon enternecido di gracias a Dios por haberme hecho nacer en un pais donde tan barbaras costumbres eran desconocidas.

“Robinson Crusoe” Daniel Defoe

Aciertos:

Errores/Omisiones:

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Bueno, amigos, esperamos que os guste la idea. Un saludo y ¡hasta la próxima!